sábado, 26 de julio de 2008

Cambiando el chip

Perdida en la angustia de buscarme y no encontrarme...De buscarme y encontrarte.

Ya es hora de empezar a pensar un poco más en mi y poco a poco menos en ti.

viernes, 25 de julio de 2008

Una imagen más que mil palabras...


Foto junio de 2008, Cuesta de la Villa, La Orotava

miércoles, 23 de julio de 2008

Borrarme por dentro

Otra noche más que el sueño no llega. Sentada frente a este espejo. Sin poder dejar de pensar en ti y en lo feliz que era cuando compartíamos los soles y las lunas.

Quiero que me abraces esta noche, que nuestros cuerpos se junten de nuevo y amanezcamos siameses.

Quiero despertar otra mañana contigo y besarte hasta volver a caer dormidos.

Quiero hacer mil planes contigo, de esos que no se cumplen, y de los que cumplimos también.

Quiero decirte cuánto te extraño y las miles de locuras que rondan mi mente cada vez que pienso en ti.

Quiero contarte mis pensamientos durante todas estas noches en vela.

Quiero que sepas que te has adueñado de mis sueños y que esa es la única manera que tengo de seguir sonriendo cada día.

Quiero mirarte y que hablemos en silencio.

Quiero sentirte muy dentro.

Quiero cuidarte cada día.

Quiero volar contigo a cada rincón del mundo.

Quiero que escribamos cuentos y que podamos contarlos algún día.

Quiero que me desabroches del mundo mientras quitas mi ropa.

Quiero dormirme en tu pecho.

Quiero regalarte mi primera sonrisa del día.

Quiero que no exista el orgullo.

Quiero que me lleves al país que inventamos.

Quiero mandarte mil aviones de papel a tu ventana y en cada uno uno de los te quieros que tengo ahogados en mi pecho.

Quiero...




Quiero tú.






Y quizás debería querer borrame por dentro, para volver a inventarme, para no volver a encontrarte.

martes, 22 de julio de 2008

Fantasmas

Me persigues.

Presa en una ciudad que hicimos nuestra, en sus calles y sonidos.

Me persigues, me persiguen.

Las notas de una guitarra desafinada. Tras de mí tus letras y tus acordes. Las canciones que jamás escribimos. El no haber dicho nunca "esta es nuestra canción", porque ahora todas me recuerdan a nosotros.

No hace falta girarme para sentir cuánto arrastro del pasado. Una cola que da la vuelta a la manzana, como las que se hacen en las grandes ciudades a la espera de un concierto. Que no cesa de crecer.

Una calle sin salida. Un semáforo en rojo. Todos los semáforos en rojo sin tus labios.

Me detengo en una esquina, aquella donde parábamos a besarnos; y un fantasma se cuela entre mi blusa. Me hace cosquillas, como las que tú me hacías al despertar; y me recuerda el vals de tus dedos y mis botones. Entra delicado, erizándome la piel y velozmente sube por mi cuello, se detiene; alpinismo hasta mi oreja y unas palabras me susurra. Idiota.

Apresuro el paso, los fantasmas no me gustan, con sus pesadas bolas y cadenas. Atrapada en el pasado. Una herida que no cierra.

Me detengo en una tienda, un muñeco me señala y se ríe tontamente. Fantasmas con sabor a plastilina. Juegos de niños; niños jugando.

Sigo vagando por las calles de nuestra cuidad; recuerdo cuando me dijiste que si tú y yo no estuviéramos juntos no podrías volver a muchos de los lugares que conquistamos. Yo no he podido hacerlo; cuando he reunido la fuerza suficiente, estos odiosos seres con sus sábanas blancas han acabado por destrozar mis ilusiones.

Una marea de notas me inunda; teclas que me golpean en la cabeza, cuerdas que me rodean tal serpiente e inmovilizan mi cuerpo, letras que se clavan como espinas. Atrapada entre dos mundos imposibles.

Fantasmas en la calle, en el parque y en sus bancos, en las canciones con sus letras.Fantasmas que abofetean mi cara y minan mi camino. Entre mi piel y mis huesos. Palpitantes. Crueles fantasmas que van dejando un rastro a su paso, horadando mi presente con su peso, para que no olvide el camino que me lleva hacia ti.


















Y yo sigo aquí: Intentando reiventar el tiempo y el espacio.

miércoles, 16 de julio de 2008

Vacía

Hay sueños más reales que la pura realidad.

Anoche volviste a mí, no recordaba la última vez que te sentí. Deseaba tanto que me abrazaras como antaño... Sentir que tus fuertes brazos rodeaban mi cuerpo, y se dormían en mi pecho, para despertar y apretarme aún más fuerte contra ti; mi espalda contra tu torso y nuestras manos enlazadas. No puedo recordar una sensación igual. La primera vez que lo hiciste pensé que nadie había estado nunca tan cerca de mi. Ahora, que no puedo tenerte, cada noche me duermo reviviendo ese momento. Sintiéndote muy dentro.

Ýa no sé si hago bien o hago mal.

El mismo ritual cada noche. Antes de acostarme dejo abierta la ventana, como cada día desde el que decidimos que así podríamos encontrarnos en sueños; ir a verte, y meterme en tu cama muy despacio, sin que lo notaras, y mirarte mientras duermes, acariciar tu cuerpo desnudo y besarte, decirte todas aquellas cosas que callaba por miedo a que te asustaras...como las que tú decías cuando pensabas que dormía (y yo no me asustaba); o que tú vinieras a mi lado.

Noche tras noche, sueño que tus sueños se cuelan en mis sueños. Y, por lo menos, así estamos juntos, de nuevo. Cada noche. Y mi cama deja de estar fría, pese al calor del verano.

Vuelo hasta tu cama, la nuestra, como a ti te gustaba decir. Siento el roce de tu piel, el olor de tu cuerpo, siento tus manos enredándose en mi pelo...Y por un momento me olvido del resto e imagino un sábado cualquiera. Fiestas entre las sábanas. Lo echo de menos. Echo de menos cómo éramos entonces, sin armaduras ni escudos, sólos tú y yo, y miles de horas que dedicarnos, sin palabras.

Y despierto en medio de la noche y la realidad me abofetea incompasiblemente. No estás. Mi ventana sigue abierta, esperando que tus sueños se confundan de camino y se dirijan nuevamente hasta mi cama,como antes, pero esta vez no entres y te vayas, sino que me despiertes y te quedes. Y juguemos de nuevo. Juntos.

Remordimientos

El pasado que te priva del presente

lunes, 14 de julio de 2008

Doble sentido

Cansada de lo que se esconde detrás de las palabras. Cuando un "sí", es un "no"; un "adiós" un "no me dejes"; un "haz lo que quieras" es "el que la hace, la paga".

En un mundo en el que nadie es CAPAZ de emplear el correcto sentido de las palabras; en el que la cobardía se disfraza de letras y gestos erróneos, equívocos e incoherentes. Cansada. De tener que analizar cada detalle. De buscarle sentido a cada línea; juntas, por separado, a saltos, una y otra, al revés y al derecho.

El mundo se me hace un lugar extraño. Esa sensación de estar en un país extranjero en el que nadie habla tu idioma. Cansada. Cuando lo más sencillo es hacer valer cada término, sin añadiduras, sin dimes ni diretes; sólo palabras directas y sencillas.

Agotada. De palabras a medias y sentencias inconclusas. Perdida. Siguiendo las señales de un camino que se borra. Mirando hacia atrás, pero intentando poner un pie en el mañana.

Perdida. Pero anhelando un mundo en el que cada cosa sea llamada por su nombre, en el que las personas no se hieran unas a otras con palabras. Sinceridad. Tanto y tan poco. Hipocresía.

viernes, 4 de julio de 2008

Sin noticias de...

Hace ya varios años que en el cole nos mandaron a leer "Sin noticias de Gurb".

Ahora, un tiempo después, me parece estar reviviendo la historia. En busca de cualquier señal: una llamada, un correo, un mensaje...

Sin noticias de...

Para todos aquellos que esperamos a que caiga una estrella que una vez fue nuestra.

martes, 1 de julio de 2008

El niño y el globo



Una soleada mañana de verano, el pequeño "Y" se levantó de la cama. Hoy era un día muy especial para él, hacía meses que su padre le había prometido pasar un día familiar en el zoo de la ciudad vecina.

"Y" amaneció con una inmensa sonrisa en su cara, llevaba meses preparando ese momento; quería que su padre se sintiera orgulloso de él, por lo que se había pasado las últimas semanas estudiando a cada uno de los animalitos que visitarían ese día, para tratar de impresionar a su ocupado progenitos. Había entrado en la web del parque y estudiado el recorrido sin olvidar el más mínimo detalle.

Se levantó de un salto y corrió rápidamente hacia el baño; quería tener listo el desayuno favorito de su papá antes de que éste se despertara. Así que, sin más dilacion, se dirigió hacia la cocina, y con sus pequeñas manitas comenzó a preparar una suculenta comida. No quería que faltara nada: café, zumo de naranja, tostadas con mantequilla y mermelada de fresa (la favorita de papá, se dijo a sí mismo mientras terminaba de untar el segundo panecillo).
Todo estaba a punto para ir al zoo.

Llegaron a la hora prevista, a papá no le gustaba perder el poco tiempo del que disponía los fines de semana. Compraron las entradas y acto seguido se dirigieron a la jaula del león. A "Y" le impresionaban sus enormes colmillos, su sedosa melena, y aquellos rugidos tan fieros; pero, justo en el momento en el que se acercaban al rey de la selva, una anciana se cruzó delante de nuestros personajes, sujetando en su mano un montón de preciosos globos de colores.

"Y", que tanto tiempo había estado esperando ver a su animal favorito, quedó anonadado por la belleza de aquellos objetos, bailando al compás del viento. En ese instante, ni siquiera el rugido del león podría haberlo sacado de su ensimismamiento. Su padre, al ver la carita con la que observaba los globos optó por comprarle uno, lo merecía. "Y" no sabía cuál elegir, pero finalmente, decidió que la mejor elección sería el rosa; sus formas eran perfectas, su color brillante, era el más grande de todos los globos atrapados en aquellas arrugadas manos. Su padre sacó una moneda del bolsillo y se lo dió a la mujer.

"Y" volvió a casa, muy contento tras la jornada que había pasado en el zoo, quería ir a visitar a su vecino para contarle todo lo que había visto durante el día, pero no le hablaría de los animales del zoo, el únicamente tenía en su cabeza aquel cuerpo flotante, atado a su muñekita con un fino cordel, con ese color que tanto había atraído su atención.

Durante las siguientes semanas, "Y" cuidó cuidadosamente el globo, para que no perdiese todas aquellas cualidades que hacían que fuera el regalo más especial que había recibido en sus seis años de vida.

Cuando veía otros globos, se recogijaba, pensando en lo hermoso que era el suyo, sus colores, su forma, su textura...No podía haber en el mundo un globo igual, se decía una y otra vez.

Pero el tiempo fue pasando, y aquel cariño y admiración, pronto se transformaron en resignación y monotonía; pese a que sabía que ningún globo podía compararse jamás al suyo, el color se le aparecía apagado y con falto de gracia; las cualidades que en su día tanto había admirado, se desvanecieron.
Al no cuidar al precioso globo, éste fue deshinchándose poco a poco; "Y" sabía perfectamente donde se encontraba el pequeño agujero por el que había comenzado a escaparse el helio, y de vez en cuando colocaba uno de sus deditos en la apertura, impidiendo que el aire saliese y el globo fuera haciéndose cada vez más pequeño. Pero, pese a su conocimiento, "Y" dejó descuidado el globo, y éste dejó de conservar su tamaño original, cada vez fue haciéndose más chiquitito y perdiendo aquel brillo que lo diferenciaba del resto. Se fue consumiendo ante la ausente mirada del niño.
Cuando sólo quedaba un soplo de aire en su interior, "Y" se dio cuenta de que nunca debió haber dejado que su preciado regalo se esfumase, pero ya era tarde. Intentó presionar el pequeño hueco por el que se escapaba sin resultado alguno.

El globo se desinfló, perdiendo altura y alcanzando el suelo, consumido, arrugado, envejecido, como las manos en las que por primera vez lo vio.