viernes, 26 de septiembre de 2008

Harta de tener que medir a cada paso los malditos costes de oportunidad

martes, 23 de septiembre de 2008

Como el título...









...

...Y no...

Corazón coraza. Mario Benedetti


Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza
porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Señales


A veces es imposible evitar las señales...


jueves, 18 de septiembre de 2008

¿Intentas cambiar el mundo o intentas que el mundo no te cambie a ti?

Si hay algo que me parece complicado, incluso más que intentar cambiar el mundo, es intentar que el mundo no te cambie a ti.

Cada día vivimos un millón de experiencias, desde las más básicas y esenciales a las más reconfortantes y superiores. Cada día elegimos nuestro camino, con cada decisión que tomamos basada en la tan recurrente teoría del libre albedrío. Somos seres libres, con capacidad de deliberación y actuación.

Estamos ante la realización de una acción por un agente no-condicionado íntegramente ligado por factores precedentes y subjetivos en el cual la percepción de la acción del agente fue inducida por su propia voluntad.

Las personas somos libres de ir trazando nuestro propio destino. Elegimos, actuamos, interaccionamos con el mundo en el que vivimos. Pero muchas veces, la propia voluntad referida, es condicionada por factores externos; daños colaterales de la realización de la libertad ajena. Daños que hieren nuestra conciencia y que condicionan nuestro actuar futuro.

Teoría acción-reacción; como a un mono al que someten a diferentes estímulos: descarga eléctrica (error=castigo), plátano (acierto=premio). Huímos de aquellas experiencias que en el pasado nos resultaron perjucidiales, para acercarnos únicamente a las vivencias que nos dan felicidad.

El miedo a sufrir. Podemos ser personas completamente dichosas, desbordantes de alegría; pero si hay un sentimiento capaz de poder arruinarlo todo, es el miedo a ser feliz. El miedo a las consecuencias de nuestra felicidad. El caer al infierno después de haber experimentado el cielo.

Y entonces, recurrimos a consideraciones deterministas del concepto de la libertad: resultados inevitables de causas previas (todo lo que pasa tiene una razón de ser). Y nos conformamos con esta reducción absurda, en lugar de buscar las causas de "lo que pasa"; para que cuando vuelva a ocurrir sepamos superar el bache que impidió continuar nuestra felicidad.

Perjuicios que derivan en prejuicios. Condicionantes de nuestra futura experiencia. Determinantes de nuestro actuar.

El principio de las posibilidades alternativas es un requisito para la libertad; condición inherente a la vida humana. Si suprimimos las alternativas, nos convertimos en seres no libres, cuyo comportamiento está marcado a priori por una coerción que resulta irresistible.
Ojalá los 2/3 de agua de mi cuerpo se gastaran de una vez...

viernes, 12 de septiembre de 2008

La niña de Marte

Hace unos días vi una peli titulada "El niño de Marte" (se las recomiendo), y desde entonces me siento totalmente identificada con el niño: excéntrico, diferente, inadaptado, desubicado...

De pequeña no me encerraba en una caja de cartón para que no me diera la luz del sol (perjudicial para la piel marciana); ni me hacía falta ponerme crema protectora (daño producido por los rayos uv), gafas de sol y paraguas (la luz no es buena, como hemos dicho) para salir a la calle (aunque es cierto que tengo alguna que otra foto con paraguas dentro de casa).

Pero me siento extraterrestre viviendo en otro planeta: estudiando a los humanos, conviviendo con ellos y sorprendiéndome cada día más de sus costumbres. Adaptándome.

El cinturón de pesas (hecho con pilas) a veces debería usarlo (o, en su defecto, las pesas en los tobillos, que son más discretas) porque tiendo a volar demasiado a menudo y no he aprendido aún a aterrizar sin que duela.

Uso un lenguaje diferente y me cuesta entender a la mayoría de las personas con las que me relaciono porque veo las cosas desde otra perspectiva. No distingo bien la fantasía de la realidad. Me pierdo entre sentimientos y contradicciones. Observo, pero no comparto causalidades. Lógica-racional hasta que mi corazón ataca a mi cabeza...

Ser marciana en la Tierra no resulta fácil.



Vivo en el planeta rojo. Y nunca mejor dicho.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Run away

Cuando tratas de evitar algo, acabas encontrándolo en cada esquina.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Cada día que pasa más cuenta me doy de que este mundo no está hecho para mi...

sábado, 6 de septiembre de 2008

El problema de colgarse, es que puedes acabar ahorcada.

Forever Friends

Una promesa de una charla entre el humo de un café. Había pasado ya mucho tiempo desde que nos vimos por última vez. Y allí estaba yo, he de reconocer que algo nerviosa ante una cita que se había demorado unos seis años. Seis años, ¿cómo es posible?

Un vistazo a la pantalla del móvil para ver la hora, mientras buscaba con la mirada entre las personas que pasaban una cara familiar. Un abrazo tímido y una puerta que me llevaba al pasado, pero que al mismo tiempo tenía un largo pasillo que recorrer hasta el presente. Cambiamos el café por un refresco y empezamos a hablar.

Y todo a mi alrededor se transformó y estaba sentada en un pupitre y una silla verdes, con el ambiente cargado del polvo de la tiza de aquella clase en la que compartimos tantas confidencias. Historias, aventuras, sueños, realidades...hojas de cuadernos con relatos y dibujos. Un futuro por el que lucharíamos y al que hoy llamamos presente.

Amigos. Buenos amigos.

Una puerta que se abre, con la promesa de más cafés y con la esperanza de que no pasen nuevamente seis años.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Colores en el aire

Kilómetros en la cama. Vueltas y vueltas sin descanso. Contrarreloj. Las horas pasan y el sueño no llega. Otra noche más. El reloj da las 3, las 3.30, las 4...Es hora de levantarse, lavarse la cara con agua bien fría e ir a trabajar.

Cierro los ojos y es como si estuviera metida en ese cuadro de Monet, no recuerdo su nombre; está atardeciendo y se ve el mar. Pero mi cuadro; el de mi mente, es más oscuro. Veo las luces de las farolas reflejadas en la superficie del mar, pixeladas; las veo borrosas porque yo misma me siento difuminada en el Espacio-Tiempo de este lugar y momento. Y me encantaría esfumarme, que una mano invisible extendiera el carboncillo hasta que la pintura fuese haciéndose cada vez menos nítida y las formas apenas se apreciasen en el lienzo. Y luego, otra mano volviera a rehacer el dibujo; un fondo nuevo de vivos colores. Y también se vea el mar, azul turquesa. Y al fondo una barca, como las de los pescadores que salen a faenar bien temprano y llegan al pequeño puerto del pueblo cuando las ventanas empiezan a abrirse y la gente a desperezarse. Como cuando era muy niña. Y también, por qué no, una gaviota surcando el cielo, veloz en el horizonte. Y el Sol saliendo.

Y allí, en medio del paisaje, el pincel te dibuje a ti también, a mi lado. Y el cuadro ya esté completo. Por siempre. Juntos.













Soñando despierta.

jueves, 4 de septiembre de 2008

miércoles, 3 de septiembre de 2008

La tristeza trata de alcanzarme, pero yo soy más rápida.

Tu recuerdo vive en mi, no te olvidaré

Cómo pasa el tiempo...Tres años.

No había querido ni siquiera recordar qué día fue el sábado pasado ni lo que significa para mi. Tres años y no me permití el "lujo" de pararme un sólo segundo a pensar en ti y caer nuevamente en la melancolía de recordarte. No dejé que mi mente regresase a un pasado más lejano que los últimos dos años. ¿Qué triste verdad? Estaba sentada en aquel banco de la iglesia, sin escuchar una sola palabra. No me encontraba allí, estaba a miles de kilómetros de distancia. Evasión.

Este año no hubo flores. No hubo recuerdos ni fotos. Tampoco pesadillas bañadas por ese odioso sudor frío.

Pero hoy, viendo una película en el cine tuve que detener unas lágrimas que saltaban rebeldes de mis ojos. No pude evitarlo. Me imagino momentos en los que sé que no podrás estar; momentos que me hubiera gustado compartir contigo. Como ese de la peli. Y siento una envidia terrible. Mil y una preguntas que hacer sin respuesta.


Te extraño.

martes, 2 de septiembre de 2008

Historia A. Parte I: Crash

Hacía ya varios años que se conocían, o al menos, esa era la sensación que ambos experimentaron durante las primeras horas de aquella conversación que se alargaría hasta el alba. Habían torpezado en la terraza de la discoteca de moda del verano, huyendo del ambiente cargado que se respiraba en el interior. Demasiada gente. Años atrás habrían amanecido dueños de la pista de baile, ahora estaban exhaustos después de un largo viernes de trabajo.

Ella había sacado un cigarillo de su minúsculo y carísimo bolso italiano, e intentaba en vano hallar el encendendor que pensaba se encontraba en su interior (¡mierda! Elena siempre me roba el mechero, pensó, sosteniendo inútilmente el pitillo entre sus labios); pero allí estaba él, alto, moreno, de ojos pardos y una sonrisa encantadora. Extendió rápidamente su mano y una llama apareció entre sus dedos como por arte de magia. Magia que no había hecho más que empezar aquella noche.

- ¡Gracias! ¡Me has salvado! Hola, me llamo Carlota.

Máximo, que así se llamaba él, se quedó aún un par de segundos anonadado ante su belleza antes de reaccionar...

- ¡Ay! Yo...Mi nombre...es Máximo...Max, un placer.

Y llegaron los dos primeros besos de la pareja, algo torpes y nerviosos.

La terraza estaba prácticamente vacía, a excepción de un par de personas que habían decidido continuar la fiesta afuera, en los incómodos asientos de mimbre que se distribuían por el diáfano espacio.

Comenzaron a hablar, al principio de cosas triviales: el trabajo, el verano...Rememoraron las locuras vividas durante los pasados años universitarios. Hablaron del ayer y del mañana. De los planes que tenían, de los sueños que les quedaban por cumplir... Se sorprendieron una y otra vez de las cosas que tenían en común.

Los primeros rayos de luz comenzaron a surgir entre las madrugadoras nubes. La música se apagó y los chicos se miraron a la cara sonrientes:

- ¿Hasta la próxima?
- Hasta la próxima

Las amigas de Carlota la esperaban hacía rato en la puerta de la discoteca.

- ¿Pero dónde coño te has metido en toda la noche putilla? Espero que por lo menos esté bueno, para habernos tenido aquí fuera esperándote desde hace media hora. ¿No escuchabas el teléfono?

Ella no respondió, estaba repasando mentalmente las últimas horas. Maravillosas. Dulces. Alucinantes.

A él lo esperaban sus amigos ya en el coche, se subió en el asiento del copiloto y justo cuando iban a marcharse se dió cuenta de que no le había pedido su número de teléfono. El tiempo había pasado tan rápido que se había olvidado de aquel pequeño pero tan decisivo detalle. Max se bajó corriendo del coche cuando empezaba a arrancar y se dirigió hacia el grupo de chicas.

Metió su mano en el bolsillo trasero de su vaquero y sacó una tarjeta de visita que extendió a Carlota.

- ¿Me llamarás?
- Lo pensaré, dijo ella, y le guiñó un ojo.








**Continuará...**

lunes, 1 de septiembre de 2008

Toco tu boca dibujando sonrisas

Rayuela. Capítulo VII Julio Cortázar

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.