domingo, 30 de noviembre de 2008

Tonight, good night

Sigue tocando en mi ventana esa dulce melodía mientras yo continúo "ll"urmiendo profundamente. Hasta mañana.

sábado, 29 de noviembre de 2008

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Sueños de una noche de verano

Ahora mismo me gustaría estar tirada en la arena, robándote la toalla y sintiéndo cómo las granitos de arena se colaban entre mi ropa e iba conquistando un trocito más de tu espacio, sólo para sentirme aún más cerca de ti.

Estar tumbada a tu lado, oído con oído, mirando las estrellas. Escuchando el sonido de las olas al romper en la orilla. Buscando, como siempre lo hacía, una estrella fugaz a la que pedirle que este momento no se acabara nunca; que lo que hay (había, habrá...) entre nosotros: tan maravilloso, perfecto, increíble, auténtico, único...sea eterno. Y entonces, cerrar los ojos, y en ese mágico momento, sentir el calor de tus labios en los mios y cómo tus manos me desabrochan del mundo.

Pasado y presente

A lo largo de nuestra vida conocemos a muchas personas, algunas simplemente pasan por ella, casi sin rozarla, otras logran alcanzar tu mano; pero sólo una, consigue llegar hasta tu corazón.

Te levantas de la cama un día y sientes que tu vida por fin tiene sentido; y que has dejado de hacerte la misma pregunta de cada mañana.

Tú eras el sentido de mis días. Tú eras la razón de mi sonrisa. Tú eras todos los sentimientos que nadie supo transmitirme ni despertar en mi. Tú eras cada uno de mis pasos pasados y de los que me quedaban por andar, porque en ese momento comprendí que todo lo que había vivido me había llevado directamente a ti, para amarte.

Tú, eres.

Y no hay palabras suficientes para explicarlo. Porque puedo haber escrito mil cuentos a lo largo de mi vida, puedo haber regalado te quieros a otras personas, puedo haber compartido buenos momentos...pero desde el primer instante en que te besé supe que quería estar contigo, que quería cuidarte y amarte por siempre; y las palabras, los gestos, las miradas...todo...lo pasado...se esfumó de mi memoria. Se fue haciendo cada vez más lejano. Como una persona que ve desde fuera una vida ajena.

Y poco a poco me fui llenando de ti: de tus besos, de tus abrazos, de tus caricias, de tus te quieros, de las razones queescribí para ti cuando cumplimos 8 meses, ¿recuerdas?...porque no había nada mejor en el mundo que un día contigo. Nunca había comprendido cómo dos personas podían estar juntas cada uno de los días de su vida. Y a mi, cada día me parecía poco contigo, siempre quería más; parar el tiempo y vivir contigo eternamente (en sábado).

Querer a alguien hasta que duela. Y duele. Mucho. Sientes cómo te mueres por dentro.

Pero haga lo que haga no he conseguido que vieras un poquito dentro de mi, para que te dieras cuenta de lo mucho que te amo, de que eres todo para mi. De que ya nada tiene sentido. De que intento arrastrar los pies por este mundo, pensando la manera de llegar nuevamente a ti. Sin conseguirlo. Capaz de amarte por siempre, incapaz de saber cómo demostrártelo.

Vivo en el el recuerdo de tenerte. Vaciándome poco a poco. Y haciéndome cada vez más pequeña. Consumiéndome. Aferrándome al mundo que inventamos juntos. Feliz en el pasado. Viviendo entre lágrimas el presente.

Y sonrío cuando pienso en ti, deseando transportarme nuevamente a la última noche que pasamos juntos (o a cualquiera, porque no hay nada desde entonces), sin querer olvidar cómo me hace sentir el calor de tu cuerpo desnudo contra el mio, sin querer perder el olor de tu piel, sosteniendo con fuerza tu cabeza contra mi pecho y acariciándote hasta que me duelan las manos, oyendo palabras dulces salir de tu boca, luchando contra los relojes para que no saliera el sol. Contando estrellas a través de la ventana trasera de tu coche. Llenándome de ti. De nosotros. Para poder soportar este invierno tan frío.

Tratando de averiguar en qué parte del camino dejamos de ser nosotros, para deshacer mis pasos y traerte de nuevo conmigo. Y que nada jamás vuelva a separarnos. Me pierdo sin tus pies andando a mi lado y tu mano sujetando con fuerza la mia.

Debí haberte dicho tantas cosas que pensé que ya sabías; debí haberte besado más intensamente para aún sentir tus labios junto a los mios; debí haberte abrazado tan fuerte que aún no pudiera respirar; debí haberte contado mil cosas que te ayudaran a comprender(me); debí haberte dicho cada segundo lo mucho que te amo (y aún así hubiera sido insuficiente)...

No debí haber confiado en que te transmitía lo que sentía con sólo mirarte.Me equivoqué. Una y otra vez. Y me gustaría que esto tuviera un manual de instrucciones para así saber cómo hacer las cosas bien. Pero no lo encontré en la caja. Y ahora me sobran piezas, o me faltan. Y mi cabeza se ha vuelto loca de tanto pensar(te).

Una antigua leyenda cuenta que al nacer nos parten por la mitad, y es nuestra misión en la vida encontrar a la otra parte. Yo te encontré.

Y el problema ahora es que mi pasado es mi presente, porque toda mi vida eres tú: ayer, hoy y siempre. Porque no recuerdo nada más que el último año contigo, porque no quiero vivir nada que no sea a tu lado, porque cuando me miro te veo, porque cuando no te veo me muero. Porque me paso los días metida en la cama tratando de controlar mis sueños para encontrarse cada noche en ellos y sonreír de nuevo juntos.

Me pierdo cada día, intentando encontrarte en alguno de estos caminos. Cuando consigo verte, corro y corro, lo más rápido que puedo hacia ti, con los brazos abiertos; pero es como si yo misma me pusiera piedras para caer en el camino, que me impiden alcanzar tu mano. Y me gustaría que tú también corrieras hacia mi, para que el camino fuera más corto, y entonces saltar encima tuyo y abrazarte mientras te lleno de besos y sonrisas; y nunca más dejarte ir. Y como dicen los cuentos: ser felices y comer perdices.

martes, 4 de noviembre de 2008

Lejos, muy lejos...pero sin atreverme a soltar tu mano

Deseos

Es desear acostarme y descubrir tu olor en la cama.

Es desear que a mi cama le salgan brazos y piernas que me abracen fuertemente y me hagan sentir tan segura como antes.

Es desear que mi almohada respire profundamente en mi oído, como tú hacías. Para así lograr dormir plácidamente con la música que sale dentro de ti. Sintiéndote a mi lado, cada noche.

Es desear encontrarte casualmente entre las sábanas y descubrir que nuestros cuerpos han vuelto a ser uno. Para no separarse jamás.

Es desear despertarme en medio de la noche y sonreír mientras te veo acostado a mi lado, y volverme a dormir con la esperanza de despertarme de nuevo, con los primeros rayos de luz, y volver a verte a mi lado, y entonces poner la cabeza sobre tu pecho y besarte, y quedarme nuevamente dormida junto a ti.

Es desear que sobren las mantas y tenga calor, porque tu cuerpo me abriga en la noche.

Es desear hacer el amor contigo en medio de la noche, entre sueños, y volver a caer rendida en la cama, para despertarme y volver a hacerlo de nuevo.

Es desear traerte el desayuno a la cama, y llenarte de chocolate y besarte hasta que no quede gota.

Es desear escribirte una carta y guardarla debajo de tu almohada las noches que no pueda dormir contigo, o las mañanas que tenga que levantarme antes que tú, para que nunca olvides que estoy contigo. Siempre.

Es desear levantarme contigo y ducharnos juntos, y que se nos haga tarde para ir a trabajar, pero aún así nos regalemos besos y abrazos, caricias por todo el cuerpo. Y tengamos que terminar de vestirnos de camino a la oficina. Con el pelo aún mojado y empezándo a rizarse, riéndonos durante el trayecto, recordando.

Es desear sorprenderte cualquier noche con una cena para dos. Con velas y vino. Y que la cena se enfríe porque no podemos dejar de amarnos.

Es desear sorprenderte disfrazada un día al llegar a casa.

Es desear que cocinemos juntos y nos llenemos la cara de comida pringosa. Y nos manchemos la ropa, y tengamos que quitárnosla.

Es desear ver una peli contigo en el cine y escribirte palabras con mis dedos. Diciéndote lo mucho que te amo.

Es desear tatuarte mil palabras con un boli en tu espalda, para que cuando llegues a casa puedas leerlas en el espejo antes de ducharte. Y no quieras borrarlas porque quieras llevarlas contigo.

Es desear que hagas dibujos en mi cuerpo con mis lunares. Y me hagas cosquillas mientras escribes.

Es desear conocer cada día un poco más de ti, sentirte más cerca y más mio. Eliminar las barreras.

Es desear hacer esa colección de pelis de la que hablamos, para acostarme contigo en el sofá del salón a ver la tv durante horas; sin mirar la pantalla, sino mirándote a ti.

Es desear que todas las personas con las que quieras estar sea yo. Y para ti, sea suficiente.

Es desear contarte todas las cosas que siempre he callado y que llevo dentro.

Es desear que te quedes dormido cada noche mientras acaricio tu pelo. Y dices cosas entre sueños, sin sentido, y yo río, feliz, sintiéndote tan pequeñito, tan mio.

Es desear conocer el mundo contigo, hacer nuestros mil lugares en el extranjero y volver a visitarlos cuando seamos mayores y revivir todos esos momentos. Y que sean mejores aún.

Es desear que no se acabe la lista de deseos que tengo para nosotros. Y que cada día podamos añadir uno nuevo. Cada uno. Un proyecto.

Es desear crecer juntos y hablarnos entre miradas. Y que sobren las palabras, pero no las caricias y los besos.







...














Es desear...¿lo imposible?

lunes, 3 de noviembre de 2008

Y tú, ¿qué disfraz llevas puesto hoy?

Anoche estuvimos hablando de los principios y valores. ¿De empezar e invertir?. En qué momento hemos perdido la confianza en las relaciones personales, ya no simplemente de pareja, sino de amistad, de familia, etc.

La sociedad está abocada al fracaso. Miramos con recelo cada gesto, cada detalle...precavidos de lo que viene detrás. Buscamos el porqué, o más bien, el para qué. Cuando ya no hay detalles desinteresados, sino que todo se convierte un medio para un fin. ¿Pero cuál? Pues ya no sabemos ni nuestras propias metas. Pisar o que te pisen. Parece que se ha convertido en la máxima diaria de la vida moderna.

Y yo me río, y esta vez, por no llorar.

Principios y valores invertidos; un nuevo darwinismo se ha intaurado en la mentalidad de las personas del siglo XXI; un siglo de evolución y progreso en teoría; pero en retroceso de las experiencias vitales más básicas. Recelo. Miedo y desconfianza. Buscamos la trampa en cada paso del camino; un camino que a mi cada día se me hace más oscuro y dañino. Supervivencia.

Nos cuesta cada día más confiar. Nos escondemos dentro de nosotros mismos. Intentamos desenmascaras las sonrisas y las palabras bonitas, incluso en ocasiones, cuando no deberíamos. Volviéndonos parte de este rol. Contaminándonos. Uniéndonos a esta masa que avanza sin cesar; olvidando lo que éramos, lo que somos y perdiendo de vista lo que siempre hemos querido ser.

Preferimos engañar a ser engañados; y nos metemos en este bucle sin fin, maestros del disfraz de los sentimientos. Y todo por si acaso, para que el otro "no te la haga".







Hoy en día, qué difícil es encontrar a una persona íntegra.