miércoles, 28 de enero de 2009

I´m sorry

...No más daños colaterales...

viernes, 23 de enero de 2009

Stop the fight!

Haciendo caso a mi querido amigo Phoenix, y a mi yo interno que grita en silencio en esta continua batalla que mantengo durante tantas noches, he tirado mi espada, mi escudo, mi armadura...todo está enterrado. Armisticio. He firmado la paz. En mi búsqueda he encontrado fuerzas renovadas, energías reforzadas.

Enriqueciendo mi alma sin esperar a que nadie me traiga flores.

Ya no quiero ahogar pensamientos, ni buscar esperanzas en un vaso vacío; no quiero silenciar mi mente, anestesiarla hasta caer tendida en la cama. Gastar mis botas de tanto bailar en un océano de ruido, humo y gente desconocida.

Quiero escuchar cómo llegan las olas a la orilla, esperarlas en silencio sentada en la arena, sintiendo la suave brisa del mar y el cantar de los pájaros. Quiero ver cómo pasan las horas y no paso frío. Y entonces, ver amanecer con una sonrisa en la cara, y tenderme en la toalla a disfrutar de los primeros rayos de sol, calentarme, meterme en el agua y sentir cuan viva soy/estoy.

jueves, 22 de enero de 2009

Luchando contra los demonios que llevo dentro





...Cada día que pasa, más idiota me siento...


miércoles, 21 de enero de 2009

No más días rojos

-Descolgó el teléfono que flotaba en el aire, y se lo llevó a la oreja-.Soy Holly, me dice, hola cariño, le digo yo, estoy en Nueva York, dice ¿qué coño estás haciendo en Nueva York, le digo, si es domingo y mañana mismo tienes la prueba? Estoy en Nueva York, dice ella, porque nunca habia estado en Nueva York. Ya puedes aposentar su culo en un avión, le digo, y volver ahora mismo. No quiero, dice ella. ¿Qué te pasa, niña?, le digo yo. Y ella me dice, para que las cosas salgas bien tienes que querer hacerlas, y yo no quiero. Bien, le digo, qué diablos quieres, y ella me dice, serás el primero en saberlo en cuanto lo averigüe.

**

Pobre desgraciado -dijo, haciéndole cosquillas en la cabeza-, pobre desgraciado que ni siquiera tiene nombre. Es un poco fastidioso eso de que no tenga nombre. Pero no tengo ningún derecho a ponérselo: tendrá que esperar a ser el gato de alguien. Nos encontramos un día junto al río, pero ninguno de los dos le pertenece al otro. Él es independiente, y yo también. No quiero poseer nada hasta que encuentre un lugar en donde yo esté en mi lugar y las cosas estén en el suyo. Todavía no estoy segura de dónde está ese lugar. Pero sé qué aspecto tiene.

**

No se enamore nunca de ninguna criatura salvaje, Mr. Bell -le aconsejó Holly. Esa fue la equivocación de Doc. Siempre llevaba a su casa seres salvajes. Halcones con el ala rota. Otra vez trajo un lince rojo con una pata fracturada. Pero no hay que entregarle el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se sienten lo suficientemente fuertes para huir al bosque. O subirse volando a un árbol. Y luego a otro árbol más alto. Y luego al cielo. Así terminará usted, Mr. Bell, si se entrega a alguna criatura salvaje. Terminará con la mirada fija en el cielo.

**Truman Capote**

sábado, 17 de enero de 2009

Llega un momento que de tanto doler ya no sientes nada.

lunes, 12 de enero de 2009

Otro día más

Luchando incansablemente para conseguir controlar mis pensamientos; hiriéndome continuamente con las imágenes que se cuelan cuando bajo mis defensas. Tratando de ganarle este pulso al tiempo. Agotada.



**Cuando parece que todo es perfecto, se derrumba mi mundo**
(nuevamente)

jueves, 8 de enero de 2009

X-mas is gone

La Navidad se ha ido, y en mi caso es como si nunca hubiera llegado. No sé si ha pasado por mi o simplemente he sobrevivido su paso, como los últimos años.

Recuerdo el ritual de todos los años, cuando un mes antes ya estábamos los cuatro deseando abrir el altillo y sacar las cajas con los adornos, el árbol y el portal. Esas cajas olían aún a magia, la magia que cuando éramos pequeños y esperábamos impacientes la llegada de Papa Noël, la cabalgata y los Reyes magos. Ir a buscar la escalera y abrir el armario era la primera señal de que la Navidad se estaba acercando; ya nos habíamos preocupado de tener listas nuestras cartas. Aquellas pesadas cajas que se iban multiplicando con los años y que han llenado muchas páginas de nuestro álbum de recuerdos.

Primero hacíamos al árbol, colocábamos todas las ramas que se habían desprendido; luego las luces, para pasar finalmente a los adornos, ¿cuáles tocan este año? Aún puedo oler las manzanas rojas que colgábamos del árbol, desde la más grande a la más pequeña, puestas por unas manitas muy chiquititas y torpes, las nuestras, para luego ser reubicadas con más sentido y gracia por nuestra madre. Nos dejaba hacer el árbol como queríamos, pero luego lo cambiaba todo.

Era fantástico ver todo el suelo del salón cubierto de bolas de navidad, de lazos, de casitas, de estrellitas y angelitos, el viejo papa noel y su trineo...Qué recuerdos.

Luego hacíamos el portal de Belén, uno muy antiguo (era el que mi padre hacía cuando era pequeño) que al principio no me dejaban tocar porque entonces era la más pequeña; y luego pude ayudar a hacer la cascada, las montañas, el río con sus piedritas y papel de plata a imitación del agua, con musgo y arena. Colocar todas las casitas y figuras, entre ellas la del pastorcillo cagón (mi preferida). E ir cada día acercando a los Reyes un pasito más hasta que se encontraban delante del niño, y nos acostábamos nerviosos muy temprano para levantarnos de madrugada y ver lo buenos que habíamos sido durante el año con todos esos regalos. Corriendo por casa. Alucinados.

Ilusión.

Cuando era pequeña me encantaba la Navidad, y no es que los años hayan apagado mi lado infantil y haya dejado de creer en la magia y la fantasía. Pero en casa hace años que no hay Navidad. Ya no hay árbol ni portal de Belén, ya no hay villancicos y panderetas. La ilusión se esfumó hace muchos años, junto con las pesadas cajas y nuestro árbol, con las figuras rotas de los pastorcillos.

Se esfumó porque tú eras la esencia, tú mantenías nuestras mentes en los recuerdos del pasado, reavivando la llama cuando parecía extinguirse. Te echo mucho de menos.


Feliz navidad.

Tu recuerdo vive en mi, no te olvidaré.