miércoles, 18 de noviembre de 2009

Castillos de Cartón

No podía soportar aquel recuerdo, eso fue lo que pasó después, y que el horizonte se estrechó, y el cielo se volvió un techo cuadrado, mi vida una sucesión de imágenes desenfocadas y torpes, como las estampas de un almanaque ilustrado por un mal pintor.

(...)

Era demasiado amor. Demasiado grande, demasiado complicado, demasiado confuso, y arriesgado, y fecundo, y doloroso. Tanto como yo podía dar, más del que me convenía. Por eso se rompió. No se agotó, no se acabó, no se murió, sólo se rompió, se vino abajo como una torre demasiado alta, como una apuesta demasiado alta, como una esperanza demasiado alta.

(...)

Bueno, nunca os lo he contado, pero a mí me cuesta mucho trabajo vivir. Siempre, desde siempre. Es algo difícil de explicar, como a vosotros no os pasa seguramente no lo entenderéis, pero yo siempr ehe sentido que vivía dentro de un túnel, a oscuras, aparte, lejos de todo. Veía luces al principio y al final, sabía que existía el mundo, más gente, el sol, la luz, las calles, mis padres, todo eso, pero no podía salir, ni siquiera quería salir de allí, era demasiado esfuerzo. Nunca os lo he contado, pero a mí me da todo mucha pereza, despertarme por la mañana, levantarme de la cama, vestirme, desayunar, todo eso me cansa mucho, estoy muy cansado antes de hacer nada, tengo que obligarme a hacer las cosas que los demás hacen sin darse cuenta. y a medida que consigo hacerlas, me siento menos cansado, y no más, es muy raro...(...) Yo no tengo ganas de nada, o mejor dicho, no tenía ganas de nada hasta que os conocí.

(...)

Yo nunca había sido muy feliz, esa es la verdad. Cuando empezamos con esto, descubrí lo que era estar bien, estar contento. Y no puedo renunciar a eso, no quiero, no quiero volver al túnel, volver a vivir en un túnel, estoy dispuesto a hacer lo que sea...Ésa es la razón de que aguante tanto, de que haya aguantado cosas con las que otros no podrían, eso lo habréis pensado, ¿no?, seguro que lo habéis pensado...

(...)

Estaba segura de que un buen día volvería, de que antes o después tendría que volver, porque no podía estar tan ciego, no podía haberse vuelto tan estúpido, ni tan soberbio, no tan cruel. Esperaba a Jaime, pero los días pasaban, pasaban los meses y las estaciones, y mi vida estaba suspendida de un hilo ffágil, una certeza que se iba convirtiendo en un azar, un azar que empañaba los cielos y emborronaba mi mirada, los objetos, las siluetas, las paredes de cualquier lugar donde yo estuviera.

(...)

Debería odiarle y sin embargo le amaba. No sabía por qué, pero sabía que era amor lo que sentía al pensar en él (...) No lo entendía pero le amaba, con el amor intenso aún de los tiempos peores, y debería haberle odiado, pero no podía, nunca podría odiarle.

(...)

Había sido demasiado amor, tanto como el que yo podía dar, más del que me convenía.
Fue demasiado amor. Y luego,nada.


ALMUDENA GRANDES

jueves, 5 de noviembre de 2009

Probablemente...la mejor película del mundo

"Capaces de todo...excepto de reconocer que se quieren"