jueves, 25 de diciembre de 2008

Knock down

En este ring de piel y huesos en el que (mal)vivo. Como una especie de árbitro de mi propia lucha interna.

Al lado derecho, los sentimientos (polarizaciones que hace nuestra mente de los hechos, y que dan forma a la felicidad; su origen es el resultado del movimiento de las cargas emocionales a las cuales nuestra mente se ve sometida por la variación del medio; la mente establece el objetivo y los hechos fomentan o contrarrestan su consecución y preservación; la variación del estado preferente que hace la mente del objetivo, induce en ella el sentimiento que la motiva a actuar; necesitan de una razón o cauce para ser satisfechos y hacernos sentir equilibrados).

Al lado izquierdo, la razón o la lógica racional (facultad en virtud de la cual el ser humano es capaz de identificar conceptos, cuestionarlos, hallar coherencia o contradicción entre ellos y así inducir o deducir otros distintos de los que ya conoce; así, la razón humana, más que descubrir certezas es una capacidad de establecer o descartar nuevos conceptos concluyentes o conclusiones, en función de su coherencia con respecto de otros conceptos de partida).



Un jab con mucha fuerza de la razón intenta distraer momentáneamente a los sentimientos, siempre tan obstinados; infructuosamente pues un directo de los sentimientos sorprende a su adversario. El combate no ha hecho más que empezar y la razón ya está tendida en la lona. Ésta se levanta enérgicamente, y ambos adoptan una posición defensiva. Cuidando minuciosamente cada pequeño movimiento. Un baile de figuras sincronizadas, uppercut, hook, swing, crochet...este lenguaje es completamente nuevo para mi. Y suena la campana, fin del primer round.


Ha comenzado una dura batalla, que cada cual implemente su táctica,y...que gane el más fuerte.

1 comentario:

Navin dijo...

Al final nunca sabemos quién gana de los dos. Mente y corazón, destrozados después de la dura batalla, aprenderán a convivir con las heridas que cada uno de los dos se han infringido.

Si ganase el corazón, acabaríamos consumidos por la pasión. Si ganase la cabeza, viviríamos frustrados por actuar en contra de nuestros sentimientos.

Desgraciadamente, la lucha es muy larga.. y dura toda la vida