lunes, 17 de enero de 2011

Happiness

De puntillas y casi sin rozar el suelo (aunque si hablara con propiedad debería de decir el techo).
Bailando al compás de la risa.
Cantando.
Danzando con las nubes de día.
Sacando a la pista de baile a las estrellas de la noche.
Bajo las atentas miradas del Sol y la Luna.
Mis cómplices.
Girando sin cesar. Rápido. Más rápido. A un ritmo frenético.



Hace tiempo dibujé unas pequeñas alas en mi espalda. Invisibles a todo aquel que se riera de mi inocencia. Ocultas debajo de mi ropa cuando quisiera pasar inadvertida y caminar junto al resto de mortales. Riendo entre pasos recordando mis hazañas voladoras.



Sólo he de abrir la ventana y desplegarlas. En el alféizar y saltar alto. Muy alto. Y alcanzar el edificio contiguo. Y otro. Y coger carrerilla. Más y más rápido. Y sobrevolar el mar y llegar al océano. Y respirar.


Y volar. Alto.
Y soñar. Sin fin.
Y reír. SIn pausa.

De tejado en tejado. Sobre esponjosas nubes. A través del cielo de colores. De una roca o otra. De una isla a la vecina. Imparable. Contenta.

Veloz.

Se abre un mundo impensable hasta entonces. Para mi. ¿Para ti?
Mágico.


Un mundo tan real como el que se pisa y te pisa. Desconocido por muchos. Ansiado por otros. Un resguardo. Una guarida. Pero también un hogar. Al que llevar(te) de la mano. No tengas miedo.


Sólo necesitas un pequeño salto de fe.




¿Bailas conmigo esta noche?

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