miércoles, 16 de julio de 2008

Vacía

Hay sueños más reales que la pura realidad.

Anoche volviste a mí, no recordaba la última vez que te sentí. Deseaba tanto que me abrazaras como antaño... Sentir que tus fuertes brazos rodeaban mi cuerpo, y se dormían en mi pecho, para despertar y apretarme aún más fuerte contra ti; mi espalda contra tu torso y nuestras manos enlazadas. No puedo recordar una sensación igual. La primera vez que lo hiciste pensé que nadie había estado nunca tan cerca de mi. Ahora, que no puedo tenerte, cada noche me duermo reviviendo ese momento. Sintiéndote muy dentro.

Ýa no sé si hago bien o hago mal.

El mismo ritual cada noche. Antes de acostarme dejo abierta la ventana, como cada día desde el que decidimos que así podríamos encontrarnos en sueños; ir a verte, y meterme en tu cama muy despacio, sin que lo notaras, y mirarte mientras duermes, acariciar tu cuerpo desnudo y besarte, decirte todas aquellas cosas que callaba por miedo a que te asustaras...como las que tú decías cuando pensabas que dormía (y yo no me asustaba); o que tú vinieras a mi lado.

Noche tras noche, sueño que tus sueños se cuelan en mis sueños. Y, por lo menos, así estamos juntos, de nuevo. Cada noche. Y mi cama deja de estar fría, pese al calor del verano.

Vuelo hasta tu cama, la nuestra, como a ti te gustaba decir. Siento el roce de tu piel, el olor de tu cuerpo, siento tus manos enredándose en mi pelo...Y por un momento me olvido del resto e imagino un sábado cualquiera. Fiestas entre las sábanas. Lo echo de menos. Echo de menos cómo éramos entonces, sin armaduras ni escudos, sólos tú y yo, y miles de horas que dedicarnos, sin palabras.

Y despierto en medio de la noche y la realidad me abofetea incompasiblemente. No estás. Mi ventana sigue abierta, esperando que tus sueños se confundan de camino y se dirijan nuevamente hasta mi cama,como antes, pero esta vez no entres y te vayas, sino que me despiertes y te quedes. Y juguemos de nuevo. Juntos.