Llevo días intentando escribir, pero en vez de letras salen lágrimas; unas tras otra, como si alguien estuviera tecleándo mis ojos, escribiendo un texto que no para de crecer. Sin puntos y aparte.
Me siento delante del ordenador (pensaba que ahora sería más fácil pues vuelvo a tener uno propio), pero no. No. No puedo. Es como si todo lo que llevo dentro no quisiera salir. Tengo miedo. Mucho miedo.
Y ahora mismo, sólo querría hundirme en tus abrazos.
miércoles, 1 de octubre de 2008
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