lunes, 25 de agosto de 2008

Retentiva

El sábado pasado, entre conversaciones artísticas acompañadas de un mar de alcohol, apareció la retentiva. La retentiva en la pintura.

La retentiva es la facultad de acordarse; en pintura, que es sobre lo que estuvimos hablando precisamente, es la capacidad de pintar objetos que no están enfrente de nosotros, basándonos en los recuerdos que conservamos de ellos en nuestra memoria. Ya sea porque el objeto no se encuentra o porque empleamos medios para no tenerlos en nuestro campo de visión (vendar los ojos, por ejemplo). También se emplea en los juegos de ajedrez ciegos.

A la mañana siguiente, me desperté con una ligera resaca y el recuerdo de la conversación mantenida. Y llevo ya unos días dándole vueltas. ¿Qué sería de nosotros sin la memoria? ¿Y sin los recuerdos? ¿Es la retentiva el recuerdo?

La antigua distinción Platónica y Aristotélica entre memoria retentiva y recuerdo, fue conservada por la filosofía del Medioevo. Más allá de las rúbricas de cada filósofo, se instauraron algunos ejes cardinales que perdurarían en el tiempo.

La memoria Retentiva o «conservación de sensación» sería la facultad de la memoria según la cual, tanto los seres humanos como los animales podrían preservar las sensaciones o los conocimientos, velados a los ojos por haber ya acaecido. Su carácter es pasivo y natural.

Por su parte el Recuerdo, se define como la capacidad de la memoria, exclusivamente humana, mediante la cual se convocan hacia el presente, los conocimientos o sensaciones del pasado. Este Recuerdo, que vendría a ser una «especie de búsqueda», implica una moción selectiva por parte de quien recuerda: su carácter es activo.

En general, Los filósofos medievales dieron mayor énfasis a la memoria como retentiva: «Vientre del alma», «tesoro y lugar de conservación de las especies».

Tras este inciso aclaratorio y un tanto soporífero, merecedor de las alegrías de nuestros profesores de filosofía, sigamos con mi mañana de domingo.

Me desperté con la idea de la retentiva; cómo era posible dibujar aquellos objetos con más o menos cierta fiabilidad, basándonos en una imagen presumiblemente transformada de la realidad; y también, cómo las personas empleamos esta técnica más allá del mundo de la pintura y del arte en general.

Y, conecto con el sueño que tuve la noche anterior, que también mantuvo ocupado parte de mi tiempo de descanso. Hay sueños realmente vividos, en los cuales las sensaciones son tan reales que despertamos con la confusión de haberlos realizado. En concreto, mi sueño era sobre un gesto tan simple como un abrazo. Pero no un abrazo cualquiera, sino el abrazo más reconfortante que pueda recordar.

¿Retentiva en los sueños? Afortunadamente.

Es acaso esta memoria primaria la que alimenta mis sueños nocturnos y diurnos. La que te devuelve en pequeños pedacitos de experiencias reconfortantes.

Hace ya unos meses leí un libro, En busca de la felicidad, de Eduardo Punzet, en el que se explicaba que las personas cada vez que recordamos un suceso, transformamos el mismo, de modo que la siguiente vez que nos acordemos de éste, no tendremos en nuestra mente lo realmente vivido sino la transformación de la realidad que hemos recordado la última vez. Un recuerdo cambiante que en la generalidad de los casos no se corresponde con lo experimentado. ¿Creer es ver? ¿Ver es creer?

Después de todo este rollo, mi único objetivo, era decir que la memoria retentiva es la que me está jugando "buenas" pasadas, haciendo que inconscientemente reviva una y otra vez miles de sensaciones. Unas sensaciones tan espectaculares que se exceden de cualquier recuerdo imaginable.



Algunos recuerdos son realidades y son mejores que cualquier cosa que pueda sucedernos de nuevo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué es realidad,y qué es recuerdo?
Ten cuidado,porque la diferencia es una trampa.

Tu anónimo

Navin dijo...

Joer, siempre escribe alguien antes q yo.. así no vale.. Esto me ha recordado a los tiempos de la clase de Filosofía con Don Pedro jeje. Me ha parecido interesantísimo la verdad, y pienso releérmelo luego con + calma y volverte a escribir, pero quería decirte que me encanta. Un besote